sábado, 30 de enero de 2016

Cápsula Bíblica 1807

Si uno no sabe y no consulta a nadie, puede equivocarse al interpretar la Biblia. Y si el que no sabe le enseña otro es como un ciego que guía a otro ciego. Los dos van al abismo (Mt. 15,14). Todos hemos conocido en nuestro tiempo fanáticos seguidores de sectas protestantes que han llegado a un suicidio colectivo con la Biblia en la mano... Es muy importante tener criterios claros para interpretar bien la Sagrada Escritura. No queremos ofender a nadie, toda persona merece nuestro respeto y es digna de que la amemos, como Cristo nos ama a nosotros. Pero si queremos buscar la verdad, los errores merecen siempre nuestro repudio. «La verdad nos hará libres». Si hay algo que no está claro al leer, estudiar o meditar la Biblia de manera personal, hay que saber a quien acercarse y preguntar.

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